

Tras la ocupación romana de los territorios celtas, esta festividad no se perdió ya que los romanos también celebraban a fines de octubre y comienzos de noviembre la "fiesta de la cosecha" en honor a la diosa de los árboles frutales, Pomona.
Luego, la llegada del Cristianismo, obligó a los Papas Gregorio III y Gregorio IV a tratar de reemplazar estos festejos "paganos" trasladando la celebración del Día de Todos los Santos desde el 13 de mayo hasta el 1 de noviembre, fecha que aún se conserva en el calendario gregoriano.
Y luego, los irlandeses lo llevaron a los Estados Unidos, entre costumbres como la de tallar calabazas huecas con rostros atemorizantes y colocándoles una vela para iluminar. Esta costumbre responde a una antigua leyenda denominada Jack-o'-lantern que cuenta la historia de Jack el Tacaño, quien tras engañar dos veces al mismísimo Diablo, le habría convencido de jamás reclamar su alma, ya que sabía que por sus actos su destino le aseguraba pasar la eternidad en el Infierno. Al morir, el espíritu de Jack, nunca ha podido encontrar un lugar de descanso ya que tanto las puertas

Masivamente, esta celebración no comenzó hasta el año 1921 en los Estados Unidos, tras el primer desfile de Halloween llevado a cabo en Minnesota, que luego se extendería a todos los demás estados americanos. La internacionalización del festejo se puede rastrear hasta los años 70 y 80 con la ayuda de series de television y películas donde se muestran siempre a niños pequeños disfrazados de personajes malvados yendo puerta a puerta consultando: "¿Dulce o travesura?",

Así que ya saben, para la próxima víspera del Día de Todos los Santos, cuidado con abrirle la puerta a cualquiera... podría ser la última vez que lo hagan.